jueves, 24 de julio de 2008

Trolls, gigantes de colina


Un trol (del nórdico troll) es un temible miembro de una mítica raza antropomorfa del folclore escandinavo. Su papel en los mitos cambia desde gigantes diabólicos —similares a los ogros de los cuentos de hadas ingleses— hasta taimados salvajes más parecidos a hombres que viven bajo tierra en colinas o montículos, inclinados al robo y el rapto de humanos que, en el caso de los infantes, eran sustituidos por niños cambiados. También se les puede llamar «gente de la colina» o «del montículo». En los cuentos de las islas Shetland y Orkney, los troles son llamados trowes.
La literatura, el arte y la música nórdica de la época romántica en adelante ha adaptado los troles de diversas formas; a menudo con la forma de una raza aborigen, dotados de enormes orejas y narices. Desde aquí, así como desde cuentos de hadas escandinavos como El gruñido de los tres chivos, los troles han alcanzado reconocimiento internacional y, en la literatura fantástica y los juegos de rol modernos, aparecen hasta el extremo de ser personajes tipo.

Ninfa, espiritu femenino


En la mitología griega, una ninfa es cualquier miembro de un gran grupo de espíritus femeninos de la naturaleza, a veces unidos a un lugar u orografía particular. Las ninfas solían acompañar a varios dioses y diosas, y eran con frecuencia el objetivo de sátiros lujuriosos.
Las ninfas son las personificaciones de las actividades creativas y alentadoras de la naturaleza. La palabra griega νύμφη significa ‘novia’ y ‘velado’ entre otras cosas; es decir, una mujer casada y, en general, una en edad casadera. Otros hacen referencia a esta palabra (y también a la latina nubere y a la alemana Knospe) como una raíz que expresa la idea de ‘crecer’ (según Hesiquio de Alejandría, uno de los significados de νύμφη es ‘capullo de rosa’). El hogar de las ninfas está en las montañas y arboledas, en los manantiales y ríos, en los valles y las frías grutas. Con frecuencia son el séquito de divinidades superiores: de Artemisa la cazadora, de Apolo el profeta, del juerguista y dios de los árboles Dioniso, y también de dioses rústicos como Pan y Hermes, dios de los pastores.

Hadas


Un hada (del latín fatum: hado, destino) es una criatura fantástica y etérea, personificada generalmente en forma de mujer hermosa, que según la tradición son protectoras de la naturaleza, producto de la imaginación, la tradición o las creencias y perteneciente a ese fabuloso mundo de los elfos, gnomos, duendes, sirenas y gigantes que da color a las leyendas y mitologías de todos los pueblos antiguos. Se puede provocar el contacto con ellas desarrollando la visión etérea según las leyendas. La mayoria de ellas se representan con alas.
En los relatos medievales, las hadas (a veces llamadas "El Buen Pueblo" o "La Buena Gente") aparecen relacionadas con encantamientos y hechizos, conocedoras del poder y las virtudes de las palabras, las leyendas y las hierbas, que les permitían mantenerse jóvenes y bellas, y acumular grandes riquezas.
En algunos libros, se menciona que las hadas hacen todas las cosas inocentemente, aunque su comportamiento pueda llegar a ser perverso. En muchos escudos heráldicos de esta época se refleja el mundo de las hadas. Muchos aristócratas querían hacer ver que provenían de un linaje de las hadas.
En la mitología cántabra se las llama anjanas, entre las que están las Ijanas del Valle de Aras, cuya característica es que tienen pechos descomunales y son feas, pero pueden cambiar de apariencia a voluntad. Este mismo tipo de hadas se encuentra en la isla sueca de Gotland. En Galicia se llaman sacias, en Cataluña además de fada, se le llaman goljas y en Baleares Damas de aiguo.
La mitología nórdica y la griega -encarnada en las ninfas y dríades de Homero y Ovidio- influyeron en el concepto que los primeros bardos se formaron de las hadas, pero andando el tiempo los escoceses, irlandeses, galeses y otros pueblos europeos llegaron a poseer un cuerpo lleno vivo de tradiciones, fundado principalmente en las leyendas celtas.

Duendes, protector de la naturaleza


Los duendes son seres mitológicos elementales de la naturaleza, guardianes de los bosques y de todos los seres vivos que habitan en ellos.

Los duendes forman parte de la raza elemental faérica, y junto con sus homólogos elfos, trols y hadas, son guardianes de la naturaleza y son los seres más populares de las mitologías celta y nórdica, ya que tanto vikingos como celtas, veneraban a la naturaleza, a pesar de que durante la Edad Media estos dos pueblos estuvieron en guerra.
Los duendes se distinguen de los elfos por su pequeño tamaño, sus orejas son puntiagudas, algunas especies son de nariz grande y otras pequeña, su cabello es largo y a veces suelen ser peludos y portan largas garras. Generalmente son semejantes a un niño pequeño en estatura, aunque también son descritos subtipos más pequeños; los cuales son denominados duendecillos.
Algunos duendes consortes en brujería o hechicería pagana eran llamados familiares. Se dice que los druidas celtas y los hechiceros los usaban como espías o ayudantes para conjuros, que la Madre Tierra otorgaba estos ayudantes a sus druidas más selectos, y que en el caso de los satánicos, era el mismo Diablo quien los otorgaba; es por ello que se les atribuía forma de un animal pequeño por ser discretos, ya fuera como un gato, hurón, sapo, rata o murciélago.
Suelen ser descritos popularmente como expertos en la magia, adivinación y demás ciencias ocultas, sin embargo, su magia es ineficaz contra alguien que porte un "trébol de 4 hojas", son intolerantes a la imagen de San Patricio, el santo patrón de Irlanda, ya que fue este quien "les desterró de la casa de Dios", aunque en el día celebrado a este santo (17 de marzo) se dice que es cuando todos los duendes y demás seres de la fauna faérica emergen de sus escondites haciendo calamidades por doquier. Se les puede matar con hierro forjado, aunque también se les atribuye vulnerabilidad a la plata, al igual que los hombres-lobo, ya que la plata se considera un "metal santo" y las armas de plata son de especial predilección para hacer frente a demonios y demás seres.
Según las leyendas se pueden crear mediante la obtención de unas plantas que solo salen en La noche de San Juan. Estas plantas se deben guardar en una botella o recipiente fabricado en vidrio de color negro. que no se vea el interior del recipiente. Se debe dejar la botella cerrada durante toda la noche de San Juan y por la mañana abrirla y saldrá el duende creado para ser tu sirviente.
Habitan los bosques en donde las personas tienen poco o ningún acceso; cada 100 años toman para sí una esposa de entre los humanos, la mas hermosa de las niñas, para luego raptarla y desfigurarla hasta el punto de que se parezca a ellos, porque entre los duendes no hay género femenino.

Cancervero, el protector


En la mitología griega, Cerbero (en griego Κέρβερος Kérberos, ‘demonio del pozo’), también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas (aunque a veces se decía que tenía 50 o 100) con una serpiente en lugar de cola e innumerables cabezas de serpiente en el lomo.
Cerbero guardaba la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. La existencia de un perro infernal en la entrada de los infiernos parece que ya estaba presente en la mitología indoeuropea original, pues aparece en los mitos de otros pueblos indoeuropeos, como es el caso del perro ensangrentado Garm en la mitología escandinava
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Dragon, lagarto alado


El dragón (del latín draco, y éste del griego δρακον, drakon, "víbora" o "serpiente") es un animal mitológico que aparece en diversas formas en varias culturas en todo el mundo, con diferentes simbolismos asociados.

En cada civilización la figura del dragón juega un papel importante como dios, guardián, y en algunos casos como demonio, pero todos estos sentidos mitológicos están de acuerdo en que se trata de un ser poderoso y respetable, en algunas civilizaciones es reconocido también por poseer gran sabiduría. Los dragones a menudo pasan por tener un significado espiritual mayor en varias religiones y culturas del mundo.
El que tanto culturas occidentales como orientales haya imaginado reptiles gigantes y alados se puede atribuir al contacto con gaviales, cocodrilos y caimanes; al hallazgo de fósiles de dinosaurios mezclados con otros de animales voladores como pteranodontes y avimimus [cita requerida] y a la asociación de lagartos y reptiles con la sexualidad masculina. En Sudamérica en particular ha habido muchos descubrimientos de dinosaurios emplumados, lo que explicaría su versión de los dragones [cita requerida]. Algunos afirman que los dragones realmente existieron basándose en que en cada cultura habla de dichas criaturas desde mucho antes que tuvieran comunicación entre si, no se lo dejan a la casualidad, no obstante el hecho de que existan fosiles de dinosaurios en todo el mundo puede ser una explicación fiable para entender ese fenomeno.
Fue venerado en la antigüedad por todo tipo de civilizaciones, desde la egipcia, pasando por las indostánicas y las antiguas civilizaciones aztecas y mayas: la serpiente. La serpiente de Adán y Eva, las serpientes representadas en los símbolos de las farmacias y en la vara de esculapio, símbolo de la medicina, así como las serpientes que llevaban en su corona los faraones.

El rasgo común de todos los dragones es como todo tipo de características de animales de Tierra Mar y Aire, se fusionan de una forma tan armoniosa, que siempre resulta ser la criatura más bella e imponente que se haya visto, y que representa el más perfecto balance entre belleza y fealdad. Un animal divino y el único digno de ser el emblema y guardián del poder de la naturaleza. "
El simbolismo alrededor del dragón es esencialmente el de la lucha.[1] La lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene, sin embargo, distintos significados. En estos míticos combates el dragón asume dos papeles, el de devorador y el de guardián que tienen finalmente una sola raíz: el de un ser cósmico en espera, cuya acción implica la muerte -o el nacimiento- de un orden universal.[1] Así, en un principio fueron los devoradores de dioses -algunos mitos refieren a los dragones la causa de los eclipses, por ejemplo-, o sus enemigos -caso de Apofis y Pithon, enemigos del sol-; posteriormente los dragones fueron fuerzas a la que se les ofrecían doncellas de sacrificio, y no tardaron en concebirse como comedores de hombres. Mas ese papel no se aleja del de guardián, que implica la espera y mantenimiento de un orden, sea por una nueva vida para el universo o el de un lugar sagrado. Justamente porque son guardianes de algo sagrado es que son simbólicamente el puente a otro mundo o la prueba de todo héroe.
Las actitudes tomadas en las culturas del mundo frente a la figura del dragón y la lucha que supone se distancian en ocasiones. Particularmente comparando la idea del dragón en el Oriente lejano y la del dragón en Occidente. Los dragones chinos (o Longs), los japoneses (o Ryûs) y los coreanos son vistos generalmente como benévolos, mientras que los europeos son generalmente malévolos. Sin embargo, los dragones malévolos no están restringidos a Europa y ocurren también en la mitología persa y otras culturas. El tema es por supuesto complejo, y ha variado a lo largo de la historia, por ejemplo, entre los romanos, típicos representantes del Occidente antiguo, el dragón era considerado un símbolo de poder y sabiduría
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Nefertiti


Nefertiti fue una gran reina de la dinastía XVIII de Egipto, gran esposa real de Ajenatón (Akenatón). Su nombre egipcio, nfr.u itn, nfrt.y.ty, se traduce como "Belleza de Atón, la bella ha llegado".
Su belleza fue legendaria, pero tras su imagen sublime, parece que su papel político y religioso en el desarrollo de la experiencia amarniana fue fundamental.
Su reinado se distingue por la frecuencia con que se realizaron representaciones monumentales que evocaban a la pareja real en la intimidad, y en especial la proximidad de sus hijas (jamás antes de esa época el arte oficial había representado escenas familiares).
No se ha demostrado que sucediera a Ajenatón (Akenatón) tras su muerte; algunos egiptólogos creyeron que ella fue la que reinó con el nombre de Semenejkara; sería más verosímil hablar de reinado en colaboración parcial entre Ajenatón y su gran esposa real. Tampoco se ha podido demostrar que sobreviviera a su real esposo y por lo tanto, que ella fuese Semenejkara.

Esta establecido que el padre de Nefertiti era Ay, quien más tarde alcanzó la posición de faraón, sucediendo a Tutanjamón, a la muerte prematura de éste. Si bien se sabe que Ay estaba casado con una mujer llamada Tey, se sostiene que no era la madre de Nefertiti, ya que no portaba el título de “Madre Real de la Gran Esposa del Rey” sino algo así como “Gobernanta” de la principal esposa del rey.